Amor al aire libre

AutorAnaline Cedillo

Texto y fotos: Analine Cedillo

Enviada

BRECKENRIDGE, Colorado.- El verano en este antiguo pueblo minero se vive mejor al aire libre. La comunidad de Breckenridge sabe celebrar al sol y contagiar a los visitantes de su espíritu aventurero.

Breck, como le dicen de cariño, parece el escenario de un cuento con final feliz. Rodeado de montañas con picos nevados, enamora con sus fachadas de colores, techos de dos aguas y macetas con un sinfín de flores.

Además, la facilidad de ir caminando de un lado a otro se suma al encanto.

Situado al oeste de Denver, a menos de dos horas en auto, el destino experimentó la fiebre del oro a finales del siglo 19; pero, cuando la explotación minera se interrumpió, cobró fama de pueblo fantasma. En los años 60 se popularizó, tras la apertura del área de esquí. Actualmente, fuera de la temporada de invierno, viven unos 4 mil 600 habitantes.

Si bien muchos conocen este destino por sus atractivos de invierno, en los días veraniegos es un placer ver cómo, luego de salir del trabajo, los habitantes de Breck aprovechan el calor y la luz para salir de excursión, pasear con sus perros frente a las tiendas de Main Street o convivir en el corazón del destino: Blue River Plaza, justo a la orilla del río cristalino y con vista a la cordillera Tenmile. Su estilo de vida inspira a quien está de visita.

Para los viajeros que no se cansan de jugar -ya sea andando en bicicleta de montaña, buscando flores silvestres en los senderos o desafiando en balsa la corriente de un río-, éste es el País de Nunca...

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