American Idol es el mejor reality de la TV internacional

AutorAna Isabel Aguayo

Miles de personas acuden para audicionar, todos se creen los mejores cantantes, y cuatro jueces les otorgan o niegan el pase a la siguiente ronda del concurso musical. Ya van a ser nueve años de lo mismo, pero American Idol sigue siendo el mejor reality de la televisión.

Estrenado en 2002, este programa ha sido imitado alrededor del mundo y es la estrella en los ratings de la TV estadounidense, llegando a los 38 millones de telespectadores.

Esta novena temporada ya no cuenta con la juez Paula Abdul, pero, con Simon Cowell, Randy Jackson, Kara DioGuardi y un cuarto juez invitado, no se le extraña.

La primera y segunda edición, pegadas en una megasesión el sábado por la noche, sólo vino a confirmar lo obvio: las estrellas son los concursantes; Simon, odiado, amado e imitado por muchos, es el motivo para continuar viendo, y la producción simplemente te atrapa.

"He cantado toda mi vida", "La música es mi pasión", "Soy excelente en lo que hago" son las mismas justificaciones que dan los desafinados concursantes cuando los echan del lugar; sin embargo, cada uno es diferente, y siempre hay sorpresas.

Está la chica que llega vestida de guitarra y canta estupendo; el rockero estancado en los años 70 que sorprende a los jueces, y los chicos y chicas guapas que cantan hermoso u opuestamente horripilante.

La edición es impecable: las tomas de los aspirantes bajo la lluvia, la presentación de la historia detrás del concursante, la salida del estudio entre gritos o lágrimas y las cápsulas de desafinados o de grandes voces hacen que el programa fluya sin sentirlo.

Victoria Beckham y Mary J. Blige fueron las juezas...

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