América gana y es sublíder en el Clausura 2014

MÉXICO, D.F., enero 25 (EL UNIVERSAL).- Se grita como si fuera el Azteca. El festejo es conocido: un salto, dos, tres… Las manos unidas al pecho, como un canguro. Luis Gabriel es el verdugo. Dos goles suyos le dan forma al 2-1, en una noche en la que se ha demostrado que en tierra de Rojinegros, el América es Rey.

En el futbol, no siempre el marcador es reflejo de lo que ocurre sobre el terreno de juego. La primera parte en el Estadio Jalisco es un claro ejemplo. El Atlas de Tomás Boy recurre al uniforme de hace un año, a rayas horizontales rojas y negras, con el que sumó 32 puntos bajo el mando del “Jefe”. La cábala no le hace jugar mejor. En realidad, cae en el dominio de las Águilas.

Moisés Muñoz desvía a tiro de esquina el primer aviso de los Zorros, un zurdazo del brasileño Maikon que llevaba potencia e ilusión, al ‘4. Pero enseguida, el visitante aprieta el acelerador, con Rubens Sambueza como el director de una orquesta que toca lo suficientemente bien para asustar, pero no tanto como para concretar.

Luis Ángel Mendoza se interna al área por el costado derecho. Cuando encara a Federico Vilar, opta por un centro templado, que recorre todo el arco, sin que alguien aparezca para empujar a las redes, al ‘5. Cuatro minutos más tarde, Jesús Molina encuentra por arriba la oportunidad de convertirse en héroe. La desperdicia: su cabezazo se va por un lado.

Rubens Sambueza mueve en la cancha los hilos del equipo que dirige Antonio Mohamed. Y en ocasiones, lo hace de forma brillante. El argentino naturalizado mexicano filtra una estupenda pelota para “El Quick” Mendoza, que dentro del área hace un recorte elegante y define con un toque suave de zurda, buscando el poste más lejano. Pasa apenas por un lado. El grito de gol se ahoga en una tribuna pintada de amarillo, al ‘20.

Pasada la media hora, los “olés” retumban, pero no para los locales. Las Águilas hacen suyo el Jalisco. Los de atrás van al frente: Paul Aguilar remata una diagonal retrasada a las manos de Vilar (’31) y Aquivaldo Mosquera hace una jugada de lujo en tres cuartos de cancha, para definir con un disparo potente por encima del arco, un minuto más tarde.

Es cuestión de tiempo. O al menos, eso diría la lógica que, como es sabido, no siempre aplica en el balompié. El deporte es tan generoso, que incluso brinda a villanos la oportunidad de convertirse en héroes.Óscar Razo ha tenido una noche para olvidar. Su marca por el costado izquierdo es titubeante. Pero un chispazo lo...

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