Alvaro Vallarta Ceceña/ El Ejército y Vicente Fox

AutorGral. Alvaro Vallarta Ceceña

Considero que las inquietudes sobre lo que acontecerá con el futuro Presidente de nuestro país y sus instituciones, son normales. Esas inquietudes se pueden transformar en preocupaciones para aquellos que no conocen las Fuerzas Armadas mexicanas ni a sus integrantes. Muchos dicen que son un tabú, que no hay información, que nadie sabe lo que pasa en el interior de los cuarteles, que los soldados son herméticos y nunca dicen nada; también, algunos llegan a creer que los generales se mandan solos, que hacen lo que ellos quieren.

En los artículos, que me hacen el favor de publicar en este periódico, en ocasiones he tratado de proporcionar información sobre lo que son las instituciones castrenses, qué hacen, cómo lo hacen y cómo son los militares que forman parte de ellas. Ignoro si lo he logrado, pero una vez más repetiré los conceptos fundamentales sobre la forma en que un soldado causa alta, su educación y adiestramiento, para concluir en las actividades que realizan en el cumplimiento de sus misiones y más concretamente en el apoyo a las Fuerzas de Seguridad Pública, su lucha en contra del narcotráfico, su presencia en Chiapas y la forma en que participan en política.

Los mexicanos pueden darse de alta en cualquier unidad, escuela o dependencia de las Fuerzas Armadas. Se les hacen exámenes muy rigurosos de salud, psicológicos y de cultura general. En algunas escuelas, como la Médico Militar, solicitan ingresar hasta 4 mil aspirantes y sólo son aceptados 130, de los cuales se gradúa una tercera parte. Aspecto similar acontece en otras escuelas militares, aunque no tengan la misma cantidad de solicitudes. Respecto a las unidades de combate, el reclutamiento es continuo ya que muchos causan baja al cumplir su contrato de tres años o se desertan, sobre todo en los tres primeros meses, durante su adiestramiento al pasar de la vida civil a la militar. El promedio de edad varía de 15 a 18 años y desde siempre se les imbuye la lealtad, la institucionalidad y la obediencia al presidente de la República, sea quien sea, que en este caso será Vicente Fox. El único requisito es que todo se apegue a la ley.

Al graduarse como oficiales siguen preparándose haciendo diversos cursos en escuelas de especialización o superiores, como la Escuela Superior de Guerra, de Ingenieros, de Medicina o Colegio de Defensa Nacional. Al generalato sólo llegan cinco o seis de cada generación, ya que algunos se retiran, otros no tuvieron capacidad y varios se murieron ya sea...

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