Alta intensidad

AutorRubén Romero

Una buena manera de evaluar los efectos de participar en una carrera de larga distancia sobre el organismo es analizar el rol de los factores de la fatiga.

Lo primero a considerar es que esos factores son cuatro: la deshidratación, el agotamiento de las reservas de glucógeno, la elevación de la temperatura corporal y la acumulación del ácido láctico.

Lo siguiente es saber que, en situaciones normales, cuando las condiciones del clima y del trayecto no lleguen a niveles extremos, cada una de las distancias -ya sean 10K, 21K o maratón- tendrá su impacto, que dependerá de cada distancia.

En el caso de un 10K que se corra a máxima capacidad, lo probable es que la acumulación de ácido láctico sea el factor que más incida en la aparición de la fatiga y sobre el que debería centrarse la recuperación.

A diferencia de las distancias más largas, el 10K se corre a una intensidad más alta a la del umbral de lactato, lo que significa que la acumulación de ácido láctico se inicia prácticamente desde el mismo disparo de salida.

Las reservas de glucógeno normales son superiores a las necesarias para correr 10 km, por lo que ese no debe ser un factor de fatiga, como tampoco deben ser factores de importancia la deshidratación y la temperatura corporal, a no ser que se corriera en condiciones inusuales.

Uno de los "preceptos" más invocados por corredores experimentados, aunque no siempre tan llevados a la práctica, es la propuesta de Bob Glover, el técnico estadounidense autor del libro The Competitive Runner's Handbook, quien recomienda que por cada milla corrida de manera competitiva se dedique un día a recuperarse corriendo un día suave, antes de reiniciar el entrenamiento.

Lo que esto supone es dedicar los seis días siguientes al de la carrera a trotar muy suavemente, entendiendo por eso un trote de intensidad aeróbica de entre el 70 y el 75 por ciento de tu Ritmo Cardiaco Máximo.

Después de este plazo podrás volver a entrenar, y lo deseable es regresar al entrenamiento regular por un mínimo de dos semanas, a las que deberá seguir otra semana de recuperación activa antes de volver competir.

Todo esto se refiere a una situación promedio, lo que quiere decir que una persona que sea principiante o de edad avanzada debe prolongar tanto los seis días de...

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