Subterráneo/ ALO y MLO

El proyecto del segundo piso, sumado a la "consulta" pública efectuada para avalar lo que estaba decidido de antemano, ha terminado por provocar el rechazo general.

Por una parte todo mundo sabe que el jefe de gobierno tiene interés personal en el asunto. Los problemas de vialidad y de transporte de la ciudad -que exigen no de una, sino de muchas soluciones medianas y pequeñas-, son lo de menos: la realización de obra tan colosal y faraónica está destinada a impulsar la carrera política del tabasqueño. Se construirá el dichoso segundo piso, cueste lo que cueste, sólo porque López Obrador tiene la convicción de que lo llevará derechito a Los Pinos.

Por otro es obvio que la "consulta" jamás respondió al deseo honesto de conocer la opinión pública y fue, apenas, una tomadura de pelo concebida y ejecutada sin respeto alguno por la ciudadanía. Vamos ¿entre qué y qué había que decidir? ¿el dilema era entre el segundo piso y qué otra opción? Y no sólo eso: ¿cuál era la información que permitía decidir racionalmente sí o no? ¿de qué proyecto se habla si todavía no saben el costo, su impacto o su utilidad? El colmo: todavía no deciden si el segundo piso será de dos vías, o sólo de ida o sólo de vuelta.

Si la opinión de la sociedad en verdad importaba ¿por qué no le encargaron la consulta a un organismo independiente capaz de darle credibilidad a los resultados? ¿quién va a tragarse el infundio que la mayoría de quienes se tomaron el trabajo de hablar por teléfono en verdad aprobaron el proyecto cuando las encuestas realizadas por otras instituciones -como Reforma o Gemark-, revelaron que la mayoría de la población lo rechaza y favorece otras opciones?

Son tantas, en fin, las tonterías, las contradicciones y los absurdos, que no queda sino aceptar que la pregunta que planteó Germán Dehesa hace dos días, es lo único sensato que se ha dicho en este asunto: ¿podría ponerse López Obrador un segundo piso en el cerebro?

Los López

La solución que sugiere el admirado maestro Dehesa, admítase, es compleja, mas el caso ya llegó a su punto crítico porque el jefe de gobierno -esto es claro-, tiene el primer piso más congestionado que el periférico en la hora pico de un día con lluvia y las ideas ya no le...

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