Más allá de Harry Potter
| Autor | María Luisa Medellín |
Más allá de la famosa saga del mago creado por J.K. Rowling, el fenómeno literario más grande de los últimos tiempos, existen otras historias entrañables, como las del danés Hans Christian Andersen, de los hermanos alemanes Grimm y del francés Charles Perrault, que sin la megapublicidad de Harry Potter mantienen la magia que las ha vuelto inolvidables desde siglos atrás, entre niños de todas las generaciones.
¡Échales una hojeada!
El Flautista de Hamelín
Hermanos Grimm
Un buen día, un desconocido llegó a la ciudad de Hamelín, que estaba infestada de ratas, y ofreció liberar a sus habitantes de esa plaga, a cambio de una recompensa.
Los aldeanos accedieron y el hombre comenzó a tocar la flauta. Su hipnótica melodía hizo que tras él salieran todos los roedores de sus madrigueras. El flautista caminó hacia el río y aquellos animales perecieron ahogados.
Cumplida su misión, regresó por la recompensa prometida. Los pobladores se negaron a pagarle y él fraguó una venganza.
Días después, aprovechando que los adultos se ocupaban de sus labores, empezó a tocar encantando a los niños, quienes abandonaron el pueblo junto con él.
¿Los volverían a ver sus padres?
Hansel y Gretel
Hermanos Grimm
Como eran tan pobres, los padres de Hansel y Gretel deciden abandonarlos en el bosque, pues ya no tenían con qué alimentarlos.
Hansel, quien una noche antes escucha el plan de sus papás, juntó pequeñas piedras en su bolsillo y marcó el camino por donde iban, así que pudieron regresar a casa.
Su madre, sorprendida, vuelve a llevarlos de nuevo, y ahora los pequeños trazan un camino con migas de pan. Desafortunadamente, los pájaros se las comen y ellos se pierden.
Tiempo después descubren a lo lejos una casita de galleta, dulces y azúcar, corren hacia allá y hambrientos empiezan a comer, pero caen en la trampa de la bruja que la habita. ¿Cómo escaparán?
El soldadito de Plomo
Hans Christian Andersen
Publicado por vez primera en octubre de 1838, es un cuento de hadas en el que un niño recibe como obsequio de cumpleaños una caja de soldaditos de plomo, pero uno de ellos sólo tiene una pierna, ya que no hubo suficiente metal para terminarlo.
Cerca de él se encuentra una hermosa bailarina de papel de quien el soldadito se enamora. Sin embargo, un duende le prohibe mirarla siquiera.
Él lo ignora y el maquiavélico duende hace que de repente el soldadito caiga por la ventana...
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