Alguien el Octavo Pasajero / Por unas monedas

Como todas las tardes después de ir a la escuela, Gabriel, Angel, Luis y Alberto se reunieron en la estación del Metro Revolución para cantar algunas melodías y obtener con ellas algunas monedas.

Ellos se hacen llamar "Los Cuatro".

Afinaron sus instrumentos. Gabriel y Luis se enfocaron al acordeón, Alberto se ocupó de la mandolina y Angel al pandero. Su objetivo es sonar mejor que los demás para que les den más dinero y puedan seguir con sus estudios.

Sin embargo, afuera de la estación se encontraban otros dos jóvenes que también llevan música subterránea a los usuarios del Sistema de Transporte Colectivo. Amador y Andrés cuentan sólo con una guitarra y sus voces, lo cual siempre les ha molestado a los otros amigos, ya que estos dos no se preocupan por mejorar la calidad de su música.

Se encontraron de nuevo en el andén del Metro, y como sabían que las intenciones de unos y otros era subir primero a tocar en el próximo tren, corrieron para lograr su objetivo.

Debido a que Amador y Andrés no cargan tantos instrumentos, fueron más veloces que los otros y ganaron la entrada al vagón.

Al percatarse de ello, los otros amigos se desquitaron con una frase sencilla, pero según ellos, con toda la verdad "Duro y a los oídos", que quiere decir que los usuarios que tendrán la "desgracia" de escucharlos, verán afectado su sentido auditivo, ya que los jóvenes que les ganaron la entrada al vagón, cantan realmente mal.

Amador y Andrés ignoraron el comentario, y cuando el vagón en el que iban pasó frente a Los Cuatro, aprovecharon para burlarse de ellos, para después empezar a cantar ante la concurrencia, que en ese momento viajaba con dirección a Taxqueña.

A pesar del...

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