Alguien el Octavo Pasajero / Las Chanclas

¿Quién alguna vez no ha deseado un calzado de los que vendían en las estaciones del Metro? Sí, me refiero a ese calzado que lo ofertan en $6.00 un par y dos por $10.00.

Por lo general ese tipo de zapatitos de muy baja calidad y peor acabado; y aún con estas características, existimos quienes un día

deseamos fervientemente uno de esos pares para lucirlos en el día de descanso o bien para estar muy concha ya sea en la casa o en un lugar de diversión.

Pues bien, andando en mis experiencias de cantante vagonero (hace unos siete años aproximadamente), un buen día descubrí a uno de los vendedores ambulantes, que ofertaba dicho calzado llamado popularmente "cholas" -que son unas plantillas de plástico rígido, de color café acanelado, sin arco, vulcanizados a un trozo de tela negra con forma de mocasín- con la consabida perorata: "Vara, vara, vara, vara se remata; son cómodas, son ligeras, ideales para el descanso, son durables y muy resistentes".

Ante tales palabras de afirmación y convencimiento me animé a comprarlas idealizándolas como el non plus ultra del descanso para mis adoloridos pies y pantorrillas.

Al día siguiente de regreso a la chamba fui con las mentadas cholas calzadas dispuesto a estar hasta la noche; sin embargo, habrían pasado unas dos horas cuando descubrí que me lastimaban un buen las plantas de los pies (son cómodas), aun así seguí en lo mío, después comprobé que no tenían mucho agarre en el piso de mosaico de los andenes, pues cuando caminaba aprisa, sentía que me resbalaba (son ligeras).

Lo peor vino más adelante, al filo de las 17:00 horas cuando corrí de un...

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