Alertan sobre pirotecnia

AutorLaura Ruiz

PUEBLA.- MÁS ALLÁ de la violación al Código Reglamentario Municipal (Coremun) que representa la venta de productos explosivos, el consumo de los mismos es un riesgo latente para niños y adultos.

En las pláticas que cada año, con motivo de las celebraciones patrias, realizan el Ayuntamiento y la Unidad Pediátrica de Quemados (UPQ) del Hospital Para el Niño Poblano (HNP) se exponen a alumnos y padres de familia de primaria y bachillerato los riegos de productos con pólvora.

En septiembre pasado, recuerda Eduardo Vergara López, Jefe del Departamento de Capacitación de la Unidad Operativa Municipal de Protección Civil, a estudiantes y funcionarios les tocó presenciar los resultados de un accidente por pólvora.

Al nosocomio llegó un menor con quemaduras en el intestino producto de la explosión de unas brujitas que cargaba en una cangurera.

Aunque las brujitas son productos pequeños y con menor cantidad de pólvora, el almacenamiento de los explosivos en un lugar inadecuado y una mecha mal encendida provocaron el accidente.

"Estábamos en una plática con toda una escuela y justo ahí llegó un niño que guardaba las brujitas en la cangurera, de repente prendió una mecha, la mecha no sé cómo llegó a la bolsa y explotó.

"El niño se quemó el estómago y perdió el intestino por la explosión", recordó.

Las partes del cuerpo más afectadas por el uso de explosivos varían según el uso que se les de a los explosivos.

En las manos pueden explotar los productos; los ojos se dañan por la costumbre de encender los cohetes dentro de botellas de vidrio, y las piernas y genitales se ponen en riesgo por guardar los explosivos en las bolsas del pantalón.

De acuerdo con estimaciones de la UPQ, los...

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