Aleph Cero/ Newton y Hooke

AutorShahen Hacyan

Este año se conmemoran tres siglos de la muerte de Robert Hooke, uno de los científicos más influyentes y a la vez más injustamente olvidados. Entre sus principales contribuciones destacan sus ideas sobre la luz y la gravitación, que lo llevaron, para su desgracia, a un enfrentamiento con su contemporáneo Isaac Newton.

Hooke ya era una figura conocida en el medio académico cuando Newton, siete años menor que él, empezó a interesarse en la filosofía natural. En 1671, el joven Newton construyó un telescopio reflector que obsequió a la Royal Society, entonces una nueva sociedad dedicada a la ciencia. La recepción que tuvo el instrumento fue entusiasta y Newton fue aceptado como miembro. Animado, decidió mandar otra obra: el famoso tratado sobre la naturaleza de la luz. Esta vez la acogida al trabajo fue decepcionante: Hooke atacó la teoría de Newton que contradecía la suya propia, incidente que inició la enemistad entre los dos sabios.

En 1674, Hooke publicó un libro sobre el movimiento planetario, donde proponía que todos los cuerpos celestes producen una atracción gravitatoria hacia sus centros, y que la atracción del Sol, balanceada por la fuerza de inercia de un planeta, debería producir órbitas circulares o elípticas. Sin embargo, nunca profundizó más en el tema.

En 1679, fue nombrado secretario de la Royal Society y, como tal, hizo un intento de reconciliación con Newton: le escribió una amable carta en la que lo invitaba a reanudar su correspondencia con la sociedad, y solicitaba su opinión sobre su propia teoría del movimiento planetario. Newton no tardó en contestar: alegó que había abandonado la filosofía natural desde tiempo atrás y declaró desconocer la teoría de Hooke (lo cual no parece ser cierto). Sin embargo, quizá por cortesía, le propuso un experimento que había ideado para demostrar el movimiento de la Tierra midiendo la trayectoria de un proyectil.

Hooke tomó muy serio la propuesta de Newton y leyó su carta en una sesión de la Royal Society, pero mencionó en público un error en su razonamiento. La correspondencia siguió por un tiempo, hasta que Hooke, en su última carta, volvió a corregir a Newton. Le señaló que, en su opinión, la fuerza de gravedad debería disminuir como el cuadrado de la distancia, por lo que sería interesante calcular la trayectoria de un cuerpo que cae atraído por esa fuerza. Además, expresó su convicción de que Newton, con su habilidad matemática, sería...

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