Alejandra Rangel / Dorar la píldora

AutorAlejandra Rangel

El verdadero cambio de nuestro país se producirá cuando las actitudes, creencias y pasiones se conviertan en razones que abran el paso a la inteligencia y al raciocinio. Entonces podremos impulsar programas educativos sustentados en la ciencia y la reflexión crítica sin seguir anclados en discusiones estériles entre religión y ciencia propias de otra época.

Tal es el caso de la polémica sobre la inclusión de la píldora del día siguiente en el cuadro básico de medicamentos para el primer nivel de atención de la Secretaría de Salud.

Actualmente se vive en México un conflicto entre dos direcciones o sentidos: una de conservadurismo cargada de intereses religiosos y políticos, de clasificaciones morales, y otra que intenta abrir un espacio de libertad, cultura y modernidad como condición de vida.

La disputa entre el Secretario de Gobernación y el de Salud respecto a dicha pastilla debemos situarla en el contexto de las próximas elecciones, donde las ideologías de derecha y las presiones de la Iglesia católica obligan al PAN a pronunciarse en contra de la medida, intentando con ello ganar votos de ciertos sectores para sus candidatos.

En la actualidad, los jóvenes saben que aumentar la dosis de los anticonceptivos produce el mismo resultado que la píldora de emergencia. Sin embargo, el problema que subyace bajo los argumentos de Abascal y la Iglesia católica no es la problemática del medicamento en sí, sino el avance social de una propuesta que anuncia el cambio de mentalidades.

Es liberar a la sociedad, independizarla de viejos atavismos, creer en el respeto a las decisiones de los demás y, sobre todo, pensar en la discriminación que por años la mujer ha tenido que soportar.

Si se conocieran las circunstancias bajo las cuales jóvenes de escasos 13 años llegan a embarazarse, la mayoría viviendo en comunidades de alta marginación y pobreza, ultrajadas por un familiar o el mismo padre, no se discutiría con tanta ignorancia y desconocimiento el tema de las pastillas anticonceptivas que urge promocionar, principalmente en estas zonas. De lo contrario, nos encontramos ante una violación de los derechos humanos y la falta de igualdad de oportunidades, y frente a la aceptación de la violencia contra la mujer.

Pero como vivimos en un escenario de lucha por el poder y secuestrados bajo un simulacro de moralidad, quienes se ven más afectados por la represión religiosa son, como siempre, los grupos más vulnerables: en este caso, las mujeres pobres.

En...

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