Alejandra Palacios Prieto / Sector empresarial mexicano, ¿versión siglo XXI?

AutorAlejandra Palacios Prieto

Hace unos días, en su conferencia mañanera, el presidente López Obrador señaló que si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción no sería del todo malo. No sé exactamente qué entienda por neoliberalismo, pero imagino que está considerando un orden económico en el que: i) los mercados (y no el gobierno) son el principal mecanismo para las decisiones que toman las empresas y las personas respecto a qué y cómo producir, en qué cantidades, con qué insumos y los mecanismos para su compra-venta; ii) la generación de utilidades es la principal motivación para la actividad empresarial, y iii) las personas invierten con la expectativa de obtener alguna ganancia. A este sistema, en un sentido amplio, se le denomina capitalismo.Sin mucho interés aparente en seguir las tendencias mundiales, el planteamiento del presidente es, de hecho, muy actual.

En el contexto global, escuchamos discusiones sobre si el capitalismo, como lo conocemos, es sostenible. Sin duda este sistema ha logrado sacar a miles de personas de la pobreza. Hoy la población tiene más recursos y mejores expectativas de vida que hace 40 años, aunque también ha generado fuertes disgustos por su impacto negativo en el medio ambiente y por la desigualdad económica que ha propiciado (la brecha entre pobres y ricos).

Un elemento importante de esta discusión es la falta de consenso sobre el orden económico alternativo que pudiera sustituirlo con éxito. Ante la ausencia de respuesta a este cuestionamiento, la solución tiende a ser que el modelo actual funcione mejor, de tal forma que los mercados sirvan a las más personas posibles, que las futuras generaciones puedan vivir mejor que nosotros y para que no se acabe el planeta.

La idea suena bonita, salvo que estamos inmersos en una suerte de crisis generalizada de gobernabilidad. Gobiernos sin recursos públicos suficientes para atender las demandas crecientes y sin voluntad para derribar los obstáculos impuestos por los intereses creados que nos han llevado a donde estamos hoy. ¿Qué hacer?

En los países desarrollados cada vez más se voltea la mirada al sector empresarial en búsqueda de respuestas. ¿Las empresas son parte del problema o de la solución?

Con las reglas de hoy, la dinámica del capitalismo hace que las empresas (no todas) sean parte del problema. En la búsqueda legítima de maximizar ganancias, éstas deben competir. Para ganarse al cliente, algunas deciden pagar sueldos bajos, contaminar o producir algún bien que genera daño a la...

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