Alejandra Cantú Bustamante / Aire limpio ¡ya!

AutorAlejandra Cantú Bustamante

A las 17:00 horas del 18 de marzo de 1991, la Refinería de Azcapotzalco detuvo permanentemente sus operaciones por decisión del entonces Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, siendo en ese momento el centro de refinación de petróleo más grande de nuestro País.

Arrancó en 1933 produciendo 7 mil 500 barriles diarios, pero para 1955 ya alcanzaba una producción de 100 mil barriles diarios, emitiendo por año a la atmósfera hasta 420 mil toneladas de gases contaminantes altamente peligrosos.

No sólo eso, sino que, en la madrugada del 29 de febrero de 1960, la explosión de un tanque de 78 mil litros de combustible en sus instalaciones hizo temblar a la capital de nuestro País, causando la muerte de varios trabajadores, dañando viviendas y provocando el desalojo de las colonias vecinas.

En enero de 1990, se produjo un incendio en la misma refinería, consumiendo litros y litros de gasolina y gas licuado, generando columnas de humo altamente contaminante y un olor que se percibía a kilómetros de distancia.

Eso sin contar la tragedia de 1984, conocida como la explosión de San Juanico, en donde estallaron tanques de combustible que alimentaban la refinería, dejando más de 500 muertos, cerca de 2 mil heridos, y la evacuación de unas 10 mil personas. Se trató de uno de los peores accidentes industriales que dejó víctimas carbonizadas, asfixiadas por gas propano o con serias quemaduras.

Sesenta años de ensuciar el aire de la Ciudad de México y de accidentes terribles tuvieron que pasar para que se tomara la decisión de, finalmente, cerrar la Refinería de Azcapotzalco.

Las fuertes presiones de un grupo de personas de la sociedad civil fueron lo que empujó a Salinas de Gortari a tomar la decisión de cerrar el complejo industrial, principal fuente de contaminación de la Ciudad de México en ese momento.

En Monterrey y sus áreas aledañas estamos viviendo, desde hace varios años, una situación similar de pésima calidad de aire.

Como en la Ciudad de México, tenemos una refinería que nos envenena todos los días. No es nuestra única fuente de contaminación, pero sí una de las más importantes.

El domingo pasado, cerca de 6 mil habitantes del área metropolitana nos reunimos en la Explanada de los Héroes, en el centro de Monterrey, en una marcha convocada por el Comité Ecológico Integral (CEI).

Las peticiones fueron puntuales: 1) Una...

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