Alega empleada doméstica cambiar versiones por temor a Diego

AutorLuis Antonio Rivera

El miedo a ser asesinada por Diego Santoy impidió a la sirvienta de la familia masacrada revelar toda la verdad en la primera versión sobre su secuestro, y por ello admitió ayer que tuvo que declarar tres veces más en la fiscalía.

Incluso el ministerio público pidió al Juez Primero de lo Penal en Monterrey, Ángel Mario García, que Catalina Bautista Juárez diera la espalda al acusado para evitar que se pusiera nerviosa en el careo.

El juez accedió a la petición durante la confrontación, efectuada entre las 21:15 y las 22:50 horas por el crimen de Érik Azur y María Fernanda Peña Coss, de 7 y 3 años.

El no estar frente a frente durante el careo lo permite la ley a las víctimas, como en el caso de la sirvienta secuestrada, reconoció Adolfo Vega, defensor del presunto doble homicida.

Antes de enfrentar a Santoy, la joven rindió declaración de las 12:10 a las 20:30 horas, con dos recesos, que duraron un total de hora y media.

En esta primera diligencia, la sirvienta tuvo que responder a unas 40 preguntas del defensor de Santoy.

En el interrogatorio, estuvo acompañada durante un par de horas por el abogado de la familia Peña Coss, mientras que otros dos litigantes del mismo despacho permanecieron a su lado en toda la diligencia.

La declaración se prolongó porque en varias ocasiones la joven pidió que le repitieran las preguntas.

Además, para que le quedara claro uno de los cuestionamientos, Bautista, antes de responder, solicitó que le leyeran por segunda vez su primera versión ante la fiscalía.

La joven dijo que en la primera declaración que rindió la noche del 2 de marzo, cuando ocurrió la masacre, estaba cansada, con dolores en todo el cuerpo y la cabeza, que le impidieron hacer una narración ajustada a lo que vivió en el secuestro.

Señaló que atemorizada por las amenazas de muerte del acusado, ese día declaró que habían entrado a la casa tres hombres, pero después precisó que sólo fue Santoy, a quien reconoció ya sin el pasamontañas que usó.

Después, en el careo, el acusado preguntó a Bautista por qué había contradicciones en sus declaraciones sobre los hechos del doble crimen, en la Colonia Cumbres Segundo Sector.

"Tú me amenazaste que me ibas a matar y no dijera la verdad", replicó la empleada doméstica.

Las amenazas fueron cuando presuntamente el joven la sometió y le apuntó a la cabeza con una pistola, al secuestrarla dentro de la casa.

También cuando la abandonó en calles del Centro, tras trasladarla en la cajuela del auto en el que huyó...

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