Alcanza DiCaprio el paraíso
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Leonardo DiCaprio emerge de las cálidas aguas azul turquesa del mar Andaman como un Robinson Crusoe de la era moderna, impresionante en esta particular isla desértica, vestido en una desteñida camiseta y shorts color vino, con una bolsa de plástico azul brillante atada alrededor de la cintura.
Arrastrando los pies en la suave arena blanca, con las piernas como plomo y con el corazón retumbando en el pecho, apenas puede tomar fuerzas para avanzar unos 10 metros antes de que el gigantesco esfuerzo de nadar desde una isla vecina cobre su precio y caiga de bruces sobre la playa.
"Esa fue una gran caída", dice Danny Boyle, con voz suave y alentadora.
Sólo que no lo suficientemente grandiosa.
El director británico, de 43 años de edad, el mismo de Trainspotting: La Vida en el Abismo y Vida Sin Reglas, no está feliz con la manera en que el rostro de la estrella llenaba el cuadro cuando caía, a centímetros del lente de la cámara.
"Cuando vayas cayendo", instruyó Boyle, "muéstranos un poco más de tu rostro".
Antes de que vuelvan a intentarlo, las nubes de una tormenta que han estado ubicándose ominosamente en el horizonte desde el mediodía rápidamente han avanzado hasta llegar justo arriba de ellos.
Es abril, y la temporada de monzones ha llegado con varias semanas de anticipación a Tailandia, donde The Beach está en sus últimos días de un rodaje de tres meses y medio.
Los técnicos corren en busca de cualquier refugio por pequeño que sea. DiCaprio, mientras tanto, tiene una mejor idea: junto con las coestrellas Virginie Ledoyen y Guillaume Canet se mete de nuevo al mar, a través de las golpeantes olas hasta que el chubasco se pasa.
Esta no es la primera tormenta, meteorológica o no, que la producción ha tenido que sortear desde la llegada a Tailandia. Ni será la última. Preocupaciones persistentes respecto al impacto de la producción en el medio ambiente, junto con la subsecuente locura de los medios, han puesto a The Beach en el mapa mundial por todas las razones equivocadas.
Los reportes en tabloides centrados en Leo han sido una constante, y dos días después de esta escena sucedería un accidente potencialmente mortal en el mar que sacudiría al reparto y a los técnicos.
Sin embargo, a través de todas estas tempestades, Boyle ha permanecido tranquilo. Vestido en pantalones tipo cargo, camiseta y botas, con el cabello de cepillo cubierto con un sombrero de tela y sus ojos tras lentes gruesos (dándole un ligero aire de Mr...
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