Meridiano/ Mucho ALCA y pocas nueces

AutorDavid Peñalfaro

La Tercer Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Quebec hace unos días, con la participación de prácticamente todos los Jefes de Estado de la región, y cuyo platillo principal fue la discusión de la posibilidad de contar con un acuerdo comercial en todo el continente, me dejó un sabor más bien agrio que dulce, y no me refiero en este sentido a las decenas de miles de "antiglobalizoides" que trataron de boicotear la reunión, sino al mismo proceso y resultado de la "Cumbre".

Para empezar, no es casualidad que sea Estados Unidos quien ande persiguiendo con tanto afán la ampliación del Nafta; ya que siente la preocupación de saber que los demás bloques comerciales en el Mundo continúan haciendo camino al andar mientras ellos andan papando ilegales en el desierto. De hecho, el Presidente Bush, como buen hijo siguiendo los pasos de su padre, dijo en el mismo seno de la OEA hace un par de semanas que desea: "Crear un hemisferio que comercie con libertad y crezca en prosperidad", comentario que hizo que muchas cejas sudamericanas se arquearan con un gesto de asombro e incredulidad, ya que muchos piensan que lo que verdaderamente desea es establecer sus reglas en el continente en lo que se refiere a propiedad intelectual, servicios financieros y cuestiones ambientales.

El problema estructural que tiene Estados Unidos, como país, al implementar sus pactos comerciales es el llamado por los conocedores "Efecto Jorge Campos", el cual es explicado por los especialistas del tema como que, por su historia expansionista, su idiosincrasia de individualismo y por sus logros, tiende a pecar de soberbia y cree que es el único digno de ser tomado en cuenta. Dicho en otras palabras, Estados Unidos no es capaz de ver a sus socios comerciales como tales, sino que les da un tratamiento de servidumbre venida a más que goza de todas las confianzas de los señores.

Tal es la razón por la cual a veces me da la impresión, al sentir este tipo de enjuagues de tipo "ALCAloides", que Estados Unidos lo que verdaderamente quiere es ampliar su patio trasero, y que no está dispuesto a aventurarse en una misión conjunta (como gremio o federación) con las demás naciones del continente.

Cabe perfectamente en este momento hacer una breve comparación con la unión que ha logrado Europa, que siendo un mosaico geográfico y humano ha logrado hacer a un lado sus diferencias, sus historias bélicas y sus "chauvinismos" para conformar un bloque de socios-socios, en donde todos tienen...

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