Alberto García Ruvalcaba / Avances contra el ruido abusivo

AutorAlberto García Ruvalcaba

La última columna que escribió Luis González de Alba, publicada el viernes 30 de septiembre de 2016 en Milenio, fue sobre un negocio ruidoso que no lo dejaba dormir. Felicitaba al Presidente Municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro, por haber clausurado el bar Once, ubicado frente a su casa, que martirizaba al vecindario con música amplificada con una "concha acústica de lámina". "Ya descargan ladrillos para reconstruir paredes y poder insonorizar", decía contento en su columna, para concluir: "clausuras para obligar a cumplir el reglamento". "Bien hecho, Alcalde Alfaro", remató. Ese mismo viernes por la tarde, sin embargo, Luis publicó en Facebook: "Retiro mi felicitación al Alcalde Alfaro de Guadalajara: el rufián dueño de la cantina a que hago referencia hoy en Milenio ya abrió y sin insonorizar".

Dos días después, el domingo 2 de octubre, Luis se quitó la vida, o, para ser congruente con la forma en que nos lo venía anunciando crípticamente desde semanas atrás, partió a Poros. La columna que apareció ese mismo domingo la había escrito dos meses atrás. En esas circunstancias es significativo que Luis haya decidido escribir la última columna de su vida sobre la molestia que le provocaba un negocio ruidoso. Una muestra de la aflicción acuciante que produce la privación del sueño por ruido.

Creo que a Luis le habría alegrado la noticia de que Jalisco se ha puesto a la vanguardia nacional en el combate al ruido abusivo, con la recién promulgada Ley Antirruido, impulsada por Augusto Valencia. También creo que aunque no habría aprobado las connotaciones religiosas de su nombre, habría sido un aliado de la cruzada contra el ruido que emprendimos hace unos meses un grupo de amigos con la esperanza de mover la compasión de los políticos por los afectados por este invisible flagelo.

El diagnóstico de Luis de que había necesidad de sancionar (clausuras) para obligar a cumplir la ley, fue también certero. Seis meses después de su muerte, el Gobierno de Enrique Alfaro dio un golpe de autoridad a los negocios ruidosos mediante aparatosos operativos de...

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