Empresa/ Albazo de Coparmex

AutorAlberto Barranco Chavarría

Ensoberbecida por la posibilidad de que se extraiga de sus filas al próximo Secretario de Trabajo; alentada por la certeza de ser el organismo ideológicamente más afín al partido que asumirá el poder, la Coparmex está lanzando un golpe de mano contra la representación empresarial en su conjunto, al asumirse como la única con opción para obtener asientos en entidades tripartitas.

La exposición de motivos es simple: Somos el único sindicato patronal del país, es decir, par de las instancias similares de los trabajadores.

Casi casi compañeros, pues... aunque jamás camaradas.

El inesperado pliego petitorio ya se encuentra, por lo pronto, en el escritorio del actual Secretario del Trabajo, Mariano Palacio Alcocer, en calidad de simple constancia... digo, no vaya a pensarse que se intentó aprovechar la evidente ventaja de la firma de la casa.

Lo cierto es que tras el albazo hay una larga pugna del organismo pionero en la afiliación voluntaria contra la Concamin y la Concanaco, cuyos episodios más visibles o si lo prefiere más escandalosos, se han desarrollado al interior del Infonavit.

¿Se acuerda usted del jaloneo que culminó, finalmente, con la destitución del ex presidente del sindicato patronal, Bernardo Ardavín Migoni, como director sectorial empresarial del instituto?

¿Se acuerda usted de la virulencia de las cartas que envió éste al Consejo de Vigilancia del organismo, denunciando presiones de la representación empresarial, que en las entrelíneas hablaban de corrupción?

Y si nos vamos más lejos, ¿se acuerda usted cuando el Gobierno lopezportillista despojó a la Coparmex de los asientos que tenía en la instancia tripartita, en evidente represalia por sus posturas críticas contra su régimen?

Ahora que la Confederación Patronal de la República Mexicana ha mantenido una lucha permanente contra las cúpulas industrial y comercial por mantener una mayor presencia en la otra institución tripartita por mandato de ley: el Instituto Mexicano del Seguro Social.

La paradoja del caso es que el perfilado como histórico enfrentamiento entre organismos empresariales llega justo cuando la corriente mundial plantea la extensión del concepto tradicional del tripartidismo -Gobierno, trabajadores y patrones-, hacia otros ámbitos representados por organismos no gubernamentales, entidades académicas o urbanistas e interesados en la preservación del patrimonio cultural...

La idea, en tal caso, es abrir al interior del esquema bendecido por al OIT, el escenario más...

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