Ai Weiwei y memoria

AutorIsrael Sánchez y Con información de Francisco Morales V

Pilares ruinosos provenientes de China y 46 coloridos retratos hechos con piezas de Lego, dejaron absortas a miles de personas este fin de semana.

En filas, pacientemente esperaron su turno para ingresar al Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC); buscaban tomarse la foto debajo de los restos recuperados de un salón ancestral chino o redescubrir dolorosos detalles de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Se trataba de la esperada primera exposición en México de aquel artista y disidente chino tan sonado en medios los últimos días, conocido para algunos, totalmente nuevo para otros: Ai Weiwei.

"El solo nombre de Ai Weiwei generó muchísima expectativa. Desde ayer, en todo el museo nos preparamos con un gran protocolo para recibir a la mayor cantidad posible de visitantes", dijo Sabrina Puc, parte del programa pedagógico MUAC Mediación.

Inaugurada el sábado, las altas expectativas no alcanzaron para que Restablecer memorias, con mil 100 visitantes registrados durante sus primeras tres horas de apertura, rebasara los mil 500 que el creador indobritánico Anish Kapoor convocó en la primera media hora en 2016.

No obstante, bastó con que el icónico artista contemporáneo pusiera un pie en la Sala 9 del museo, donde se encuentra la exhibición, para causar un tumulto en torno suyo.

Con aplausos, felicitaciones e innumerables peticiones de selfies, el público ovacionó al perseguido político chino, que por más de una hora firmó artículos de la muestra.

"Los que estuvieron aprovecharon el autógrafo y la foto, y los que no, pues es una lástima", cuenta Puc sobre Ai, que ayer ya había partido de México, posiblemente hacia Berlín, donde reside. "Es toda una figura, y tenemos que analizar todo lo que ha hecho como activista y como artista".

Ayer, en cambio, la muestra se tornó un ejercicio de contemplación masiva, con sus miles de visitantes, cerca de 3 mil 400 pasadas las 15:00 horas, inmersos, por ejemplo, en la estructura del templo familiar del clan Wang, proveniente de la dinastía Ming, con antigüedad de 400 años.

"Era una casa de una familia tan importante y que estuvo por tantos años. Que haya terminado relegado como basura...

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