Ahora familiares viven drama de los traslados

AutorDaniel Reyes

Sandra no sabe a qué distancia está Chiapas o cuánto cuesta un pasaje a esa entidad. Lo que sí sabe es que no está a su alcance trasladarse hasta allá para ver a su hijo mayor, uno de los más de 200 internos del Topo Chico trasladados a otros reclusorios del País.

"No voy a volver a ver a mi hijo", dijo entre lágrimas al escuchar que Jonathan, detenido hace seis meses por violencia intrafamiliar, está ya en el Cefereso número 15 en Villa Comaltitlán, Chiapas.

"Soy madre soltera, tengo otros tres hijos, ¿cuándo voy a juntar para poder ir a verlo? ¡Nunca!".

Junto a Sandra, decenas de madres y esposas lloraron ayer la noticia de que sus familiares fueron enviados a centros penitenciarios muy distantes, en Chihuahua, Sonora, Jalisco, Guanajuato o Morelos.

Hermanadas por la tristeza, varias madres terminaron abrazadas llorando juntas, o planeando cómo organizar viajes colectivos para que les salga más económico.

"Si nos juntamos tres ó cuatro a lo mejor sí la hacemos", propuso la abuela de un interno para tratar de animar a su desconsolada hija.

Algunas mujeres sufrieron crisis de histeria al escuchar el destino de sus familiares, mientras que otras planean realizar hoy una protesta frente al Palacio de Gobierno.

Las manifestaciones iniciaron desde anoche con el...

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