Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Aquí van unos chistes tan perrones que hasta te pueden morder.

Un sujeto iba caminando por la calle y de repente se encontró con un tipo que estaba parado afuera de una veterinaria y justo al lado de este tipo estaba un bull terrier hermoso, fuerte y grande. Entonces al hombre le dio curiosidad, se acercó y le hizo una pregunta al que estaba afuera de la veterinaria

- Disculpe amigo, ¿su perro muerde?

- No, no, mi perro es muy mansito -respondió el sujeto.

- Ah excelente.

Así que el tipo curioso se acercó al perro y lo quiso acariciar, sin embargo el animal reaccionó de forma furiosa y lo empezó a morder sin soltarlo, hasta tuvieron que llegar policías y escuadrones de rescate para evitar que el can lo devorara.

Ya en la ambulancia, el tipo por fin encontró un poco de tranquilidad y al ver cerca al hombre que estaba afuera de la veterinaria le reclamó:

- Óyeme hijo de tu reputísima madre, me dijiste que tu perro no mordía y ve nada más cómo me dejó.

- Es que en efecto, mi perro no muerde.

- Y entonces por qué me atacó.

- Ay no sé, porque ese no es mi perro.

En una de esas tantas peleas clandestinas de perros que se celebran en algún barrio bajo, un bulldog esperaba rival; llevaba 25 peleas ganadas y no había perro que se le pusiera enfrente, incluso los demás dueños de perros no se arriesgaban enfrentar a sus ejemplares contra el bulldog, ya que era un asesino, por no decir un verdadero hijo de la chingada.

De repente se apareció un sujeto con un french poodle todo melenudo, mismo que lanzó un reto, con varios miles de pesos incluidos al bulldog.

- ¿Cómo crees que esa chingadera le va a ganar a mi perro? -pregunta muy confiado el dueño del asesino.

- Yo sé mi...

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