Ahogado de la risa

Con eso de la pandemia me he vuelto tan flojo que ya debo vacaciones hasta del año 2045.

Los mandamientos del flojo

1- Se nace cansado y se vive para descansar.

2- Ama a tu cama como a ti mismo.

3- Si vez a alguien descansando, ayúdalo.

4- Descansa de día para que puedas dormir de noche.

5- El trabajo es sagrado, no lo toques.

6- Aquello que puedes hacer mañana, no lo hagas hoy.

7- Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.

8- ¡Calma! Nunca nadie se murió por descansar.

9- Cuando sientas deseos de trabajar, siéntate y espera que se te pase.

10- Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos.

Oye, ¿Qué es peor, la ignorancia o el desinterés?

Ni lo sé, ni me importa.

En mi pueblo, en el que abundaba el trabajo y la comida, un perezoso estaba a punto de morir de hambre.

Se reunieron el alcalde, el párroco, el consejo municipal y el defensor del pueblo, y por unanimidad acordaron enterrar vivo al perezoso; porque para el pueblo sería un desprestigio que alguien muriera de hambre.

Armaron un cajón, metieron al moribundo, y salieron con él rumbo al cementerio.

Una señora preguntó:

- ¿Quién murió?

- Nadie -le respondieron.

- ¿Y entonces a quien llevan ahí? -insistió.

- Al perezoso que lo vamos a enterrar vivo antes de que muera de hambre -le explicaron.

- No, no, no hagan eso -exclamó la señora.

Yo con mucho gusto regalo un bulto de panela. Otra señora regaló 100 gallinas; un señor, puso una carga de arroz, más un bulto de papas; un hacendado donó un barril de leche, 50 arrobas de queso, una carga de plátanos y otra de yucas. Todos, todos, todos los paisanos donaban, donaban y...

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