Ahogado de la risa

"El Lobo siempre es el malo si sólo escuchamos a Caperucita", dice una frase conocida y es cierto, ya que aquí contamos con otras versiones sobre esta historia.

- "Soy Caperucita Roja, una niña muy feliz..." , cantaba la chamaca en su recorrido por el bosque, cuando escuchó ruidos y se detuvo, entonces caminó hacia unos arbustos y descubrió al Lobo agachado.

- Hola Lobo -saludó la niña-.

- Hola Caperucita -respondió el animal-.

- Oye, ¿por qué tienes esas orejas tan grandes?

- Pues nomás.

- Oye, ¿por qué tienes esa boca tan grande? -volvió a cuestionar la Caperuza-.

- Pues nomás.

- Oye, ¿y por qué tienes esos ojos tan grandes y saltones?

- ¡Ohhh pinche Caperucita, déjame cagar!

Llega Caperucita a la casa de la abuelita, quien estaba acostada en su cama.

- Abuelita, ¿por qué tienes esos ojos tan grandes? -pregunta la de la capa colorada-.

- Para verte mejor, hijita -respondió la anciana-.

- Abuelita, ¿por qué tienes esas orejas tan grandes?

- Para escucharte mejor.

- Y Abuelita, ¿por qué tienes esa boca tan grande?

- Ay hijita, es que tu abuelo tenía un pitote...

Iban el Lobo y Caperucita caminando a media noche por el bosque, cuando ella le dice a él.

- Lobito... tengo miedo.

- Imagínate cómo estoy yo que me voy a regresar solo.

Llega Caperucita a la casa de la abuelita, quien estaba sentada en su mecedora.

- Abuelita, ¿por qué tienes esos ojos tan grandes?

- Son para verte mejor, hijita

- Abuelita, ¿por qué tienes esas orejas tan grandes? -pregunta la encapotada-.

- Para no perder detalle de lo que dices, hijita. -respondió la...

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