Ahogado de la risa

Algo huele mal... son estos chistes un poco escatológicos que me encontré "por ahí".

Dos cuates que eran amigos desde la primaria, tenían mucho tiempo sin verse. Como vivían cerca de un lago, se citan para ir a pescar. Llegan puntuales a la cita, toman la lancha y se van a la mitad de un lago y después de ponerse al día en cuanto a información sobre sus vidas, llega un silencio incómodo y como nomás no pescaban nada, pues uno de ellos intenta reiniciar una plática:

- ¡Qué paisaje tan espectacular! El lago, el sol y horizonte plagado de naturaleza, ¿no se te antojaría estar en un lugar así con tu esposa y darle un beso que la estremezca? -pregunta el primer amigo.

- No... No porque mi esposa tiene un problema en el hígado y entonces eso le provoca un aliento fétido y nauseabundo, realmente repugnante -responde el segundo amigo.

- Oh vaya... bueno, pero, ¿no te agradaría estar con tu esposa acariciándole las chichis? -insiste el primer tipo-.

- No -responde el otro-, porque fíjate que ella tenía en su piel una dermatitis aguda, que después se le complicó no sé con cuántas enfermedades así y pues sus chichis las tiene todas con granos, ámpulas y descamaciones, tan asqueroso, que simplemente no dan ganas ni de verlas.

- Ups... bueno, pero con esta vista, ¿no te gustaría tenerla y meterle tus dedos en su panochita? -sigue.

- Eh no... porque fíjate qué quién sabe con quién chingados se metería que tiene una infección marca diablo en la zona genital, con decirte que una...

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