Ahogado de la risa

No es lo mismo una tanda de chistes de dioses mexicas para pasar la cuarentena, que pasar la cuarentena con una tanda de la Serpiente Emplumada...

La leyenda del Conejo en la Luna:

La Serpiente Emplumada camina por el cerro cuando se encuentra con un conejo y comienzan una conversación.

Quetzalcóatl: ¡Hola, conejo! ¿Qué comes?

Conejo: Zacate.

Quetzalcóatl: ¿Zacate?

Conejo: Zacate... ¡a la verga, perro!

Quetzalcóatl: Ah, pinche conejo veguero.

Y por andar de mamón, Quetzalcóatl puso al conejo en la luna.

Quetzalcóatl y su comida.

-Lo siento, pequeño Cacao, pero lo nuestro no puede continuar-, expresa el dios, -tengo mucha hambre y necesito comerte.

-Deja de hablarle a tu comida, es muy raro-, le reprocha Tonatiuh, quien se encuentra con Tláloc y Huitzilopochtli.

-Hey, pero ustedes le hablan a su comida- replica Quetzalcóatl.

-Pero nuestra comida sí habla-, responde Tonatiuh.

Una mujer que está a punto de ser sacrificada en la cúspide de una pirámide interrumpe la plática entre dioses.

-Señor, Tonatiuh. No me sacrifique, por favor, no he hecho nada malo en mi vida.

El dios del Sol voltea a ver a la Serpiente Emplumada y le expresa:

-¡Ya ves, hasta cuenta chistes!

Tonatiuh llega al puesto de sacrificios.

-Hola, sea bienvenido. ¿Con todo su sacrificio, dios Tonatiuh?

-Sin corazón por favor...

Llega Tonatiuh con anticipación al salón donde se celebrará la reunión de dioses:

-Tonatiuh, llegas temprano. ¿Ya estás listo para la reunión de dioses?

-Claro que sí, Huitzilopochtli.

Huitzilopochtli se percata de que un humano camina junto a Tonatiuh.

-¿Qué rayos? Sabes bien que no puedes traer humanos a las reuniones de dioses.

-Pe... pero es sólo...

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