Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Ya muchos están soñando en qué se van a gastar su aguinaldo... sigan soñando.

Ahí tienen que en un bosque se establece una empresa maderera que pronto comienza a solicitar leñadores con experiencia. Al siguiente día, un pequeño y delgado sujeto cargando una diminuta hacha toca a la puerta del gerente.

El gerente le echa un ojo y lo manda a volar.

- Espere, dice el pequeño leñador- sólo déme una pequeña oportunidad para demostrarle lo que puedo hacer...

- Está bien, dice el gerente, ¿ves ese enorme roble que está ahí derecho? ¿ese que parece que toca las nubes? ¿ese de tronco de enorme grosor?

- Sí.

- Bueno, toma tu hacha, córtalo y me avisas cuando termines.

El pequeñín se dirige hacia el árbol y tres minutos después regresa a tocar la puerta del gerente.

- Ya terminé.

- ¿Ya?, pregunta el gerente asombrado al ver que era verdad- ¿en dónde aprendiste a cortar árboles de esa forma?

- En el Bosque del Sahara.

- ¿No será el Desierto del Sahara?

- Bueno, dice el leñadorcito puliéndose las uñas- así lo llaman ahora...

Resulta que un viajero va por el desierto montado en su camello.

De pronto, el animal se detiene y se niega a caminar. Desesperado, el viajero mira a su alrededor y, a lo lejos, logra divisar un local con un letrero en grandes letras:

"Se reparan camellos"

Más que alegre, el viajero corre hacia allá y encuentra a un árabe que le ofrece reparar a su bestia por 20 dólares.

El tipo paga y el moro manda por una grúa para traer al camello. Cuando el animal llega al taller, el dueño del local ordena a sus ayudantes: "Súbanlo a la rambas".

El animal es subido en la rampa.

El árabe se acerca por detrás del camello con dos enormes piedras en las manos y...

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