Ahogado de la risa

De que los hay, los hay. Las y los inocentes que prefieren aplicar la de ojos que no ven... a mí siempre me han sido infiel... ¿o era fiel?

Como el buen Cornelio, quien vivía en México y un día se encontraba en un bar tomando tequila. Estaba de lo más feliz leyendo una carta.

Al ver su sonrisota, se le acerca un amigo y le dice:

-Cornelio, ¿que dice esa carta que te tiene tan contento?

-Es que mi mujer, que vive en España, acaba de dar a luz a mi quinto hijo, contesta el primero.

-Ah, chinga- le dice el amigo, -pero si hace ya más de cinco años que tu no ves a tu mujer y sin verla, mejor dicho, sin tocarla, es imposible que la hayas preñado, ¿o no?

-Sí, hace más de cinco años que no nos vemos, y sin embargo, gracias a un invento mío, cada año tenemos un hijo, dice Cornelio, muy emocionado y raramente orgulloso.

-Y ¿me podrías decir cuál es ese invento para embarazar a tu mujer a distancia?, le cuestiona el otro.

-Sí, te lo contaré porque eres mi amigo y se qué guardarás mi secreto. Básicamente se trata de que yo me excito, coloco mis semillitas en un frasco y se lo envío. Ella lo recibe en España, se lo aplica y queda embarazada ¿no crees que soy muy inteligente?, dice Cornelio.

-Yo lo que creo es que tu eres muy inocente, responde el amigo.

- ¿Porqué no le envías algún liquido blanco en el frasco y esperas a ver que pasa? Así descubres...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR