Ahogado de la risa

Y como los monjes también se ríen, aquí les dejamos estos ¡santos chistes!

Un conductor de autobús y un sacerdote mueren al mismo tiempo.

El conductor fue al cielo y el sacerdote al infierno.

- ¿Por qué? -preguntó el clérigo a Dios.

- Porque todo el mundo se dormía cuando tú predicabas, mientras que cuando él conducía todos rezaban -contestó Dios.

Llega una señora a confesarse y le dice al cura:

- Padre, tengo un problema.

- Dime hija, ¿cuál es tu problema?

- Fíjese padre que tengo dos periquitas muy bonitas, pero lo único que saben decir es: "¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?"

Le contesta el padre:

- Eso está muy mal, hija, pero le propongo algo: yo tengo un par de periquitos a los que he enseñado a leer la Biblia y a rezar, tráigame sus periquitas, las ponemos en la misma jaula con mis periquitos y ellos les enseñarán a rezar y leer la Biblia.

La señora, encantada con la idea, le lleva las periquitas al día siguiente. Al llegar, ve que los periquitos del padre están en su jaulita concentrados, rezando el rosario. Meten a las periquitas en la jaula que, fieles a su costumbre dicen:

- ¡Hola! Somos prostitutas, ¿quieres divertirte un ratito?

Y uno de los periquitos del cura contesta:

- Hermano, ¡guarda los rosarios que nuestras oraciones han sido escuchadas!

Estaba una señora de puerta en puerta, y entonces se le acerca un señor y le pregunta:

- ¿Quiere usted ser testigo de Jehová?

A lo que el señor le responde:

- ¡No, yo no vi cuando atropellaron a ese señor!

El padre muy preocupado porque sus feligreses estaban...

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