Ahogado de la risa

Esperemos que estos chistoretes no los copien los chinos y los repartan por todo el mundo.

Estaba un chino esperando en la parada del autobús y el autobús pasa de largo.

-¿Te ha hecho gracia?

-No.

-Pues al chino tampoco.

Estaba un chino y un mexicano comiendo sopa, el chino le dice al mexicano:

-¡Sopa, sopa!

El mexicano le responde:

-¡Sí, sopa!

El chino vuelve a decir:

-¡Sopa, sopa!

El mexicano dice:

-Sí, muy rica la sopa.

El mexicano por fin decide probar la sopa, se quema y grita:

-¡Haaaaaaaayyyyyy!

El chino le contesta:

-¡Le dije que sopara!

Éste era un chinito que lloraba amargamente, cuando se lo encuentra un amigo en la calle y le pregunta:

-¿Por qué lloras chinito?

-Bueno, contesta el chinito-, es que mi señora fue al hotel de ahí enfrente y se alojó allí.

-Vaya, pero esa no es razón para llorar, que todo el mundo se aloja en los hoteles-, contesta el amigo.

-Sí, pelo es que mi señora se alojó del octavo piso.

José iba caminando muy molesto y un amigo se lo encuentra.

-Oye Roberto, ¿porqué vas tan enojado?

-Fíjate que me fui a tatuar con el chino de la esquina y me hizo un trabajo que me ha hecho rabiar.

-¿Pero qué te hizo?-, pregunta el amigo.

-Le pedí que me tatuara mi nombre en chino y me puso: LOBELTO.

Un mexicano está sentado en la barra de un bar. En eso llega un chino, se le sienta justo al lado y se pone a beber.

El mexicano se le queda mirando y finalmente le pregunta:

-Oye, ¿tú sabes algo de artes marciales...

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