Ahogado de la risa

AutorPez Globo

De seguro si Alexander Graham Bell escuchara cada cosa que se dice a través del teléfono que inventó, se moriría de risa.

A las cuatro de la mañana suena el teléfono en una casa y se escucha una voz que pregunta:

-Hola ¿La familia Silva?

Y el señor fastidiado por cortarle el sueño en que conquistaba a Maribel Guardia, contesta:

-¡No, idiota, la familia duerme!

Un empresario de esos con pocos amigos se atora en Periférico en plena hora pico, por lo que llama a su oficina para preguntar por novedades y avisar que llegaría tarde.

Desde su escritorio María lo escucha decir.

-¿Soy yo, dime, ha llamado algún imbécil?

-No, señor, usted es el primero.

Otro millonario, recién casado con una súper modelo, se angustia por llegar tarde a su casa y llama a su sexy dama, pero le contesta una voz masculina.

-¿Y mi esposa?

El hombre en la línea responde:

- En su cuarto.

Al escuchar esto, el adinerado e inseguro teme preguntar, pero lo logra

- ¿Con quién hablo?

Con un hombre, le responden.

¡Qué?, no puede ser! ¡Mátela!, le exige.

- No, no, yo no puedo hacer eso.

- Claro que sí, yo le doy esa orden y si no lo hace yo lo mataré cuando llegue, dice el marido.

Después de unos minutos el hombre le dice que la señora ha fallecido.

- Ahora sáquela de ahí y métala a la alberca.

Pero señor, aquí no hay piscina, le contestan.

- Chingaos, dice molesto, ¿estoy llamando al teléfono 232-5492?

No, se equivocó en los números finales.

- Ah, que caray, pues, ¡Perdóneme!

Un hombre llama al Periódico METRO para anunciar que él y su mujer...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR