Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Mi vecina le pegó un santo gritote marca diablo a su esposo, que hasta yo me levanté del sofá de un golpe, dejé de ver el partido de fut y me puse a planchar... nomás por si las moscas.

Un compadre, de esos que de los que son bien machos y bigotudos, recibe una llamada telefónica.

-¿Quién chingada madre llama?

-Compadre, soy yo, su compadre.

-¡Compadre, qué milagro!

-Le quería contar, ayer tuve una pelea con mi vieja y al final, hasta la hice ponerse de rodillas.

-¡A huevo, ése es mi compadre! ¿Y qué te dijo, pues, te suplicó?

-Se arrodilló y me dijo "salte de la cama, hijo de pinche madre, o ahorita de saco...".

-¿Te quedas mi amor?

-No, mi vida, ahorita vengo...

-¿A dónde vas, cariño?

Ella muestra una expresión de recién casados.

-Al bar, mi cielito, a tomar una cervecita.

La mujer se lleva la mano a la cintura y le dice:

-¿Quiere cervecita, mi amorcito...?

Y en eso abre la puerta del refrigerador y le enseña 25 marcas de cerveza de 12 países diferentes: mexicanas, alemanas, holandesas, japonesas, etcétera.

El marido no sabe qué decir y sólo atina a decirle:

-Ay, mi pechuguita, pero en el bar... tú sabes... el tarro helado...

No terminaba de decirlo, cuando la esposa interrumpe, diciéndole:

-¿Quiere tarro congelado, mi amorcito...?

Saca del congelador un tarro helado, congelado, tan blanco que hasta temblaba de frío...

El marido, apenado, dice:

-Sí, chiquita mía, pero en el bar sirven unas botanas riquísimas.... vuelvo enseguida...

-¿Quiere botanitas, mi amorcito...?

Abre el horno y el frigorífico y saca quince platos diferentes de botanas: aceitunas, totopos, cacahuates, papas fritas, palomitas...

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