Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Cuando no encontremos respuesta a las cosas malas que pasan en el mundo, recurramos a la básica: es posible que le caigamos mal al ser supremo y aquí la prueba.

Entra un tipo a una iglesia y comienza a platicarle al Cristo.

- Señor, sabes que yo soy el más fiel de tus hijos y pues hace dos semanas falleció mi esposa, pero si esa es tu voluntad yo la acepto. Mis hijos andan descarriados; uno de ellos es un drogadicto y la mujercita se metió a la prostitución, pero si esa es tu voluntad, yo la acepto Señor.

La confesión del tipo es pausada por una lágrima que se desliza por su mejilla; la seca con su dedo y vuelve a la plática con su deidad.

- En la economía las cosas marchan un poco peor; la hipoteca de mi casa se venció y ya me llegó una notificación de desalojo además, mi coche, el que con tantos sacrificios compré, me lo robaron antier, pero si es tu voluntad mi Señor, yo la acepto.

Nuevamente detiene su confesión para secar el llanto que se manifiesta con intensidad. Se calma un poco y prosigue.

- Mi salud empeora cada día; hace rato que le llevé al médico los estudios que me mandó a practicar, me detectaron diabetes y principios de insuficiencia renal, pero si esa es tu voluntad, yo la acepto Señor.

El tipo hecho un mar de lágrimas se levanta, se santigua y agarra camino para la salida del templo, justo cuando llega a la puerta se detiene y voltea al altar.

- Ahh y si se te ocurre que me pase otra cosa, ya sabes... ¡Aquí tienes a tu pendejo!

Un tipo está de safari en el África Oriental, ahí entre Kenia y Tanzania, buscaba cazar al León de melena negra y cuando andaba por los lugares más recónditos de la sabana, se topa con un grupo de caníbales de la tribu...

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