Ahogado de la risa

Hoy tuve una plática muy interesante con mi amigo japonés Ataka Layama. Él es bombero.

A un hombre se le estaba incendiando completita su casa, así que llamó a los bomberos:

-Bomberos, se me está incendiando la casa, ¿qué hago?: ¿voy yo o vienen ustedes?

-Pero, ¿qué está diciendo? ¿quién habla?

-Juan, el de la casa rodante.

En un incendio, que ya casi apagaban, el jefe de bomberos reunió a todo su equipo para ver si había alguno del cuerpo que hubiera tenido problemas.

Los llamó uno a uno por su apellido y al final notó que faltaban dos.

Comenzaron a buscarlos por todos lados.

Al fin los encontraron detrás de un contenedor uno de encima del otro, boca abajo, semidesnudos y muy enamorados teniendo sexo... El jefe, desconcertado, les dijo:

-¡¿Pero qué hacen González y Quiroga?! ¡¿No les da vergüenza?: en pleno incendio y haciendo "eso"!

A lo que uno respondió:

-Lo que pasa es que González se estaba asfixiando, señor.

-Pero en un caso como ese tienen que hacerse respiración boca a boca- respondió el jefe.

- Aaaay jefecito... ¿y cómo cree que empezó todo esto?

Una pareja de ruquitos platicando:

-Oye, vieja, ya que estamos tan viejitos te voy a confesar mis infidelidades.

-Sí, viejo.

-¿Te acuerdas de Juanita, la ayudante de cocina?

-Sí, viejo, me acuerdo.

-Bueno, pues ese cuerpecito fue mío.

¿Y te acuerdas de Rosa, la frutera?

-Sí, viejo, bien que me acuerdo.

-Ese cuerpecito también fue mío. ¿Sí te viene a la memoria María? Esa que era maestra de la escuela que estaba en la esquina de...

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