Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Nadie cierre el periódico sin leer estos chistoretes que les comparto con rete harta pena:

Está una indita vendiendo sus elotes y llega un señor que le pregunta:

- ¿A cómo son?

- A cuatro pesos, siñor.

- ¿Y si le pones mayonesa?

- A cinco pesos, siñor.

- ¿Y si le pones quesito y limón?

- A seis pesos, siñor.

- ¿Y si le pones chilito, del que pica, a cuánto?

- A siete pesos, siñor.

- ¿Y con palito?

- A quinientos y uste paga el cuarto, patroncito.

Había dos inditos sentados en la banqueta cuando llega una rubia, bien buena y en un carro convertible, que les dice:

- Quiero coger con ustedes dos, pero no quiero embarazarme, así que pónganse estos hulitos allí.

Los hombres se colocan los condones, se la cogen hasta el cansancio y la rubia se va sin decir más. Cinco años después, tomándose unas cervezas, los inditos rememoran la anécdota y uno le dice al otro:

- Oye, Chano, ¿te acuerdas de la vieja que nos 'picamos'?

- Sí, Chon, ¿por qué?

- ¿A ti te importa mucho que se embarace?

- No, ¿y a ti?

- Tampoco.

- Pues ya vamos a quitarnos los hulitos, ¿no?

Por el desierto, a bordo de un burro, iba una pareja de inditos que se acababa de casar rumbo a su luna de miel. De repente, el animal se desvaneció y quedó tendido, así que el hombre aprovechó la situación para de una vez 'comerse' a su esposa, por lo que se bajó el pantalón y cuando la mujer, quien era virgen, vio su miembro grande y firme le preguntó:

- Jelipe, ¿qué es eso?

- Esto es pura vida, María.

- ¡Pos dásela al burro...

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