Ahogado de la risa

Un tipo tan, pero tan tan tan que se volvió campana:

Estaban dos tipos bien exagerados:

-Oye, Pablo: ¿tú alcanzas a ver a aquella hormiga que está como a 48 kilómetros, que le está dando de mamar a unas hormiguitas.

-Mira, pues de verla, la verdad no la veo, pero claritito que oigo los chupetones.

Estaba el médico atendiendo a una mujer que daba a luz. Al nacer el bebé el doctor se percató de que era feo, qué digo feo, horrendo. Así que lo lanzó al techo:

-Mire, señora, si se queda pegado, es un tumor, pero si no, es un murciélago.

Un morrito llega de la escuela, corre hacia donde está su papá y le dice:

-Oye, pa' ¿me creerás que hoy escribí como mil 247 hojas de planas en mi cuaderno?

A lo que el papá responde:

-¡Ay, por Dios, Jaime, ya te he dicho como tres millones de veces que no seas pinche exagerado!

Era un tipo tan flaco, pero tan flaco, que cuando falleció las personas que lo enterraron tuvieron que llenar de embutido el ataúd para que los gusanos pudieran comerse algo.

Estaban todos en una competencia para encontrar al más mentiroso del mundo. Pasaron muchas personas del planeta pero, al final sólo quedaron un gringo, un japonés y un mexicano.

Al comienzo de la ronda final el gringo toma el micrófono y dice:

-Nosotros los gringo le pusimos sal al mar.

Todos quedaron con la boca abierta, pero el japonés no estaba dispuesto a perder.

-¿Ah, sí? -responde -pues nosotros sembramos el árbol donde Adán tomó la manzana del...

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