Ahogado de la risa

Un proverbio chino dice que tal para cual... lo que en mexicano sería ¡Pascuala con Pascual!

Panchito, un chilango de viaje en China, le compra a un vendedor ambulante de las calles de Pekín unos lentes de tecnología punta que permiten ver a la gente sin ropa.

Apurado se los pone y sale corriendo a las avenidas transitadas en busca de muchachonas de ojos rasgados.

Se pone las gafas, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

Se las pone, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

¡Por Dios, que maravilla!

Incluso adelanta el viaje de vuelta a casa para enseñarle a su mujer la novedad. En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas.

Se las pone, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

Se las pone, sin ropa.

Se las quita, vestidas.

Cuando llega a casa, y antes de abrir la puerta, se coloca las supergafas, para ver sin ropa a su mujer, Luisa .

Abre la puerta y allí está ella, su querida esposa, con Chucho, su mejor amigo. Ambos en el sofá, uno sobre el otro, y sin ropa.

Se quita las gafas, sin ropa.

Se pone, sin ropa.

Se las quita, sin ropa.

Se las vuelve a poner... ¡sin ropa!

Y no puede evitar un grito desgarrador:

-¡Ya me hicieron bien güey! ¡Nuevas y ya no funcionan! ¡Chinos tenían que ser los chingados lentes estos!

Un chino llega al registro civil haciendo alarde de que su hijo tendrá el nombre más corto que los mexicanos nunca vieron antes.

Don Federico y Don Felipe, otros orgullosos padres, escuchan al hombre y le dicen que no, que sus hijos tendrán el nombre más corto...

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