Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Dicen que la venganza se sirve fría y por eso algunas mujeres les hacen cagar ¡cubitos de hielo!

Una noche, un hombre estaba muy excitado con su esposa, besándose y calentando la alcoba, cuando de repente la esposa le dice:

-Ahora no tengo ganas mi amor, tan sólo quiero que me abraces.

Y antes de reprochar por el bajón que acababa de sufrir, la mujer continuó:

-¿No puedes por una vez en tu vida conectarte con mis necesidades emocionales?

El marido muy enojado se metió a bañar con agua fría para no discutir y para calmar a la "bestia".

Al día siguiente, más relajado, la llevó de compras a una tienda de ropa y le dijo:

-Compra todo lo que quieras, mi vida.

La esposa estaba emocionadísima y se puso a elegir ropa, zapatillas, relojes, accesorios, bolsas y cuanta cosa se le cruzaba por el camino hasta que ya en la fila de la caja, a una persona para pagar, el marido le dice:

-No mi amor, creo que ahora no tengo ganas de comprar todo esto. ¡Tan sólo quiero que me abraces!

El marido llega a casa y se encuentra a la esposa sudando, respirando agitadamente y vestida con tan solo un camisón, así que sospecha y empieza a mirar alrededor... la cama está deshecha... hay un bulto tras las cortinas... debajo de ese bulto hay un par de pies... Así que corre las cortinas de golpe y, efectivamente, ahí detrás había un tipo en pelotas.

-¿Quién es usted?, le pregunta.

-Eh... pues... soy el exterminador... yo... estaba... haciendo la...

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