Ahogado de la risa

Mientras unas necesitan regresar la virginidad a su cuerpo, otras se alegran de que les truenen el chicharito.

Llega una mujer muy preocupada al ginecólogo.

-Doctor, doctor, el sábado me caso y no quiero que mi novio sepa que ya no soy virgen, ¿se puede hacer algo? -le pregunta con voz de súplica.

-Bueno, -dice el médico- por 5 mil pesos la puedo dejar como nueva.

-No, es muy caro -protesta la joven.

-Ok, -dice el doctor un poco molesto- 2 mil 500 pesos y le hago un medio remiendo.

-No, es muy caro todavía -le vuelve a regatear la novia.

El doctor sin comprender por qué lo buscaba esa joven con una petición tan extraña y sin estar dispuesta a pagar, le dice:

-Bueno, dame 200 pesos y yo me encargo.

Después de unos días, pasa la noche de bodas y la mujer regresa al consultorio.

-Doctor, ¿qué me hizo que me dolió peor que si fuera virgen? -le pregunta.

-Por 200 pesos ¿qué esperaba? -le contesta- sólo le amarré los pelos.

Una chica llega con tremenda sonrisa a su casa y le dice a su madre:

-Mamá, mamá... ¡Ayer me tiré a un chico guapísimo en el bar y ya no soy virgen!

-Pues ahora corta ese limón verde y chúpalo -le contesta la mujer muy seria.

-¿Y cómo para qué?, -dice la chica confundida- eso no me va a devolver la virginidad.

La madre muy sarcástica y sin dejar de juzgarla le dice:

-No, pero te va a quitar la cara de puta viciosa que tienes.

Un anciano y una anciana están en una fiesta para la tercera edad y después de cortejarse un buen rato deciden...

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