Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Para todos aquellos que alguna vez han sufrido o han sido parte de la mente abierta de una mujer, aquí les van estos chistes:

Además de estar casado con una mujer muy sensual, cierto millonario excéntrico tenía como chofer a un musculoso y atractivo negro.

Un día pidió al mozo que lo llevara a realizar unos trámites y, para romper con el formalismo, decidió ocupar el asiento delantero.

-Hay algo que siempre he querido averiguar -soltó el patrón con seguridad-. ¿Por qué los negros tienen tanta fama como símbolos sexuales? ¿Por qué las mujeres hablan tanto de la sexualidad negra?

El ébano se tomó su tiempo para contestar y hasta se acomodó el moño.

-Lo que pasa es que nosotros venimos de Africa -dijo muy serio- y allí no le damos importancia tan sólo a nuestro goce... sino que tomamos el acto sexual como un rito.

-¿Y cómo es ese rito? -volvió a preguntar el magnate, cada vez más intrigado.

-Primero nos aseguramos de armar una orgía de placer para la mujer, un cuidadoso recorrido de su piel. Es indispensable acariciar todo su cuerpo, tooooodo, hasta que hierva su sangre. Luego hay que vigilar que se acelere su pulso y contar el número de gemidos para saber que van siempre en aumento. Sólo entonces, empezamos a hacerle el amor.

El millonario terminó sus trámites, volvió a casa y, obsesionado con todo lo que había aprendido, apenas saludó a su mujer cuando ya la tenía en la cama para empezar el ritual. Cuando todo terminó y mientras fumaba un cigarrillo con orgullo evidente, el millonario preguntó a su musa.

-¿Y...? ¿Qué tal estuve?

...

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