Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Para aquellos valientes dispuestos a explorar los rincones más oscuros de la naturaleza, van los chistes de hoy.

Un respetable ginecólogo pasea por la calle con su esposa. Al lado de ellos pasa una muchacha joven y sensual, con una micro minifalda, escote pronunciado, mucho maquillaje, un cigarro en la mano y saluda al doctor con cariño:

-¡Hola, corazón!

El doctor le explica a su esposa:

-No pienses nada raro. La conozco por el lado estrictamente profesional.

La esposa, sarcástica, le pregunta:

-¿El lado profesional tuyo o el de ella?

Una mujer de enormes curvas va con el ginecólogo a consulta. Se sube a la camilla que apenas puede sostenerla, abre las piernas y se prepara a ser auscultada.

-Bueno señora, póngase cómoda que vamos a comenzar... ¡Ah, chinga! ¡Pero qué grande, qué grande, qué grande..!

La señora, un poco molesta, le responde:

-Sí doctor, soy grande, pero no tiene que repetirlo.

El doctor con toda su sorna le dice a la señora:

-No lo estoy repitiendo señora, señora, señora... es el eco, eco, eco...

Una mujer no tiene quien le cuide a su hijo y no le queda otra que llevar a su niño de 10 años con ella al ginecólogo.

-Su hijo debe esperar fuera -dice el médico al ver al niño.

La mujer responde:

-¡Uy, doctor! ¡Ni se preocupe, estos chamacos de hoy saben más de sexo que usted y yo juntos!

El ginecólogo sonríe y le hace una pequeña prueba al pequeño. Toma a la mujer de los pechos y le pregunta al niño:

-¿Qué es lo que acabo de hacer?

-Acabas de tocarle los senos a mi mamá.

Curioso, el ginecólogo, quiere saber qué más sabe el niño y procede a hacerle sexo oral a la mujer.

El niño dice:

-Acabas de hacerle un cunnilingus a mi madre.

El ginecólogo...

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