Ahogado de la risa

Para aquellos que adoran a sus hijos aunque se parezcan más al carnicero, les dejamos estos chistes:

Pedrito le dice a Jaimito:

-Tengo el secreto que vivas a costa de tus padres sin que te digan mantenido.

Jaimito escucha atento la explicación de su amigo:

-Lo único que tienes que hacer es decirle a tu papá "lo sé todo" y listo, inténtalo y verás que no falla.

Entonces llega Jaimito en la tarde a su casa y va al grano:

-Papá... ¡Lo sé todo!

El hombre preocupado le dice:

-No, Jaimito, no digas nada... toma 500 pesos, pero no digas nada.

Jaimito, sorprendido por la eficacia de la fórmula, se la aplica a su madre:

-Mamá... ¡Lo sé todo!

La mujer le contesta:

-¡Ay, Jaimito! Te suplico que no digas nada, toma 800 pesos, pero quédate calladito.

En ese momento tocan a la puerta, Jaimito abre y es el cartero, a quien también se la aplica:

-¡Cartero, lo sé todo!

Y el cartero lo abraza y le contesta:

-¡Qué bueno que lo sabes, hijo mío!

Un lechero fallece y al día siguiente se presenta toda su familia para la lectura de su testamento.

El abogado y empieza a leerlo:

-A mi hijo le dejo los poblados del norte, a mi hija las colonias del sur y a mi mujer los edificios del centro de la Ciudad.

El abogado, sorprendido, pregunta:

-¿Su marido era un millonario?

Y la señora contesta:

-¡Millonario, mis polainas! Lo único que nos dejó son las rutas para ir a repartir la leche.

Un sacerdote nota que en los últimos meses su barriga ha aumentando de tamaño hasta parecer una sandía, por lo que decide ir al médico para realizarse un chequeo.

En el hospital los doctores se dan cuenta de que sólo son problemas digestivos, pero deciden gastarle una broma.

Así que lo anestesian, le ponen un bebé a lado y cuando despierta, el médico le...

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