Ahogado de la risa

Para aquellos que no se guardan ni un quinto cuando ven tacones, un tubo y lencería, les dejamos estos chistes:

Luego de dos semanas de seguir un tratamiento, un hombre acude al médico con las mismas molestias:

-Doctor, ya me cogí a todas las putas del pueblo y nomás no me alivio.

El médico responde:

-¡Ay, Antonio, ya ni la chingas! Te dije ¡sal de frutas, sal de frutas!

Dos amigas platican:

-Ayer me dijeron que soy fea.

-No te preocupes, a mí me han dicho cosas peores

-¿Qué te han dicho?

-Que también eres bien zorra.

Tres amigos terminan su borrachera en el pelódromo.

Al llegar, un mesero les dice que sólo quedan dos chicas, así que el más briago se tiene que conformar con una muñeca inflable.

Cuando salen del privado, empiezan a comentar cómo les fue:

-¡No mamen! Me tocó una brasileña que tenía unas nalgas...- dice el primero.

-Pues la mía era francesa, rubia y me hizo de todo- comenta el segundo.

-A mí me tocó una pinche bruja -refiere el último-, porque le mordí una chichi y salió volando la cabrona.

Dos comadres se encuentran en la calle después de 10 años y empiezan a platicar:

-Hola, ¿cómo está, comadre? ¿Y a su hija Margarita cómo le ha ido?

-Yo estoy bien y mi hija mucho mejor. Hace poco empezó a trabajar y al mes su jefe le regaló un carro del año, un abrigo y muchas joyas. ¿Y a su hija María Emilia, cómo le ha ido?

-Pues mal, comadre. Me salió igual de puta que su hija Margarita, pero con muy mala suerte la pobre.

Un médico residente recién llegado a un pueblo sale a dar un paseo por el río y se encuentra una cola larguísima de hombres. Muerto de curiosidad, se les acerca y les pregunta para qué están formados.

Uno de ellos le responde que para...

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