Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Para aquellos que al primer estornudo corren a atiborrarse de medicamentos, les dejamos unos chistes sobre farmacéuticos:

Entra un chilango a una farmacia en Brasil y le dice al encargado:

-Una aspirina, por favor.

Un negro alto y fornido saca una aspirina enorme, del tamaño de un plato y se la envuelve.

El tipo, confundido, le pregunta:

-¿No tiene una aspirina más pequeña? ¿Una de tamaño normal?

Y el negro le responde:

-¡En Brasil fabricamos las aspirinas más grandes del mundo!

El tipo, asombrado, acepta la enorme grajea y dice:

-Déme una pasta de dientes, por favor.

El negro saca un tubo del tamaño de un termo y le dice:

-¡En Brasil fabricamos la pasta de dientes más grande del mundo! ¿Gusta algo más, amigo?

El tipo lo piensa un poco y responde:

-No, muchas gracias, los supositorios los compro en México.

Una dama entra a una farmacia y le pide al farmacéutico:

- Por favor, quisiera comprar arsénico.

Dado que el arsénico es altamente tóxico y letal, el farmacéutico quiso saber más datos antes de proporcionarle la sustancia.

- ¿Y para qué querría la señora comprar arsénico?

- Para matar a mi marido.

- ¡Ah, caray! Lamentablemente para ese fin no puedo vendérselo.

La mujer, sin decir palabra, abre su bolsa y saca una fotografía de su marido teniendo sexo con la esposa del farmacéutico.

- Discúlpeme señora -le dice el farmacéutico- no sabía que sí traía la receta.

La encargada de una farmacia está limpiando el mostrador, cuando entra un hombre, quien con voz amable, le pregunta.

-Disculpe, señorita, ¿tiene pastillas para los nervios?

Ella responde:

- Sí, claro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR