Ahogado de la risa

AutorPez Globo

Dicen que en México hay tres cosas que a todos les pasan: mojarse con la lluvia aunque el pronóstico diga que el día será soleado, cachondear, casi siempre involuntariamente, en el metro y sufrir un asalto. Para este último caso, en caso de que no haya bolillos, van unos chistes para el susto.

Dicen que un ratero estaba caminado por un centro comercial cuando ve en la puerta de una tienda a una viejita, y dice:

-¡Ésta es mi oportunidad!

Se acerca poco a poco y le quita la cartera a la viejita y se pone a correr a toda velocidad por la calle central, y la viejita grita:

-¡Agárrenlo que es ratero!

Y sigue corriendo, otras personas ven el hurto y gritan también:

-¡Agárrenlo que es ratero!

Ya cruzaba una cuadra y salían unos niños de la escuela, y ven a la viejita con las otras personas persiguiendo al ratero, y se acoplan al grupo y todos gritan:

-¡Agárrenlo que es ratero!

La gente, cerca de 300 personas, perseguía al hombre a unos 10 metros de distancia, y cuando lo estaban por atrapar, el ratero sube por las ventanas de un edificio y la gente indignada desde abajo gritaba:

-¡Agárrenlo que es ratero!

El hombre seguía subiendo, ya había alcanzado unos 20 metros de altura, llega a una ventana de la cual se agarra, pero ésta se rompe con el peso del hombre, el cual se va de espalda y cae al precipicio.

Entonces, el hombre en un momento de desesperación grita:

¡Agárrenme que soy ratero!

Llega un hombre a la farmacia y le pregunta al dependiente:

-¿Tiene pastillas para los nervios?

-Sí

-¡Pues tómese dos que esto es un asalto!

Los jefes de la Policía de México, Estados Unidos y Japón hablan sobre la seguridad en sus países y...

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