Ahogado de la risa

Bien pudo ser Juanito o cualquiera de los ocurrentes niños:

Jaimito estaba en el salón de clase con sus compañeros. Como la profesora no llegaba, todos los alumnos comenzaron a hacer alboroto. Cuando llegó la maestra vio el desorden y comenzó a interrogar a los chamacos.

- Juanita, ¿qué haz hecho tú?

- Yo dibujé en la pizarra.

- Pedrito, y tú, ¿qué hiciste?

- Yo tiré mi pupitre contra el suelo.

- Jaimito, y tú, ¿qué hiciste?.

- Yo tiré serpentina por la ventana.

- Caramba, aprendan de Jaimito que no es un malcriado como ustedes.

Pero al pasar unos minutos, tocan la puerta de la clase y entra una niña toda golpeada. La profesora le pregunta:

- ¿Quién eres?.

- Yo me llamo Serpentina.

····

En un autobús repleto de viejecitos en tour rumbo a La Villa, una cabecita blanca toca el hombro al chofer y le brinda un buen puñado de cacahuates sin cáscara.

Sorprendido, el chofer le da las gracias y se los come con agrado.

Cinco minutos después, la abuelita repite la buena obra. El chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come los cacahuates.

Cinco minutos mas tarde, la anciana viene con otro puñado. El chofer ya no puede comer más y le pregunta:

- Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de cacahuates, pero ¿usted no cree que, a lo mejor, sus cuarenta amigos y amigas querrían también unos pocos?

-No se preocupe, joven. No tenemos dientes para masticarlos y... ¡sólo chupamos el chocolate que los recubre!

····

Una anciana le pregunta a un chofer de...

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