Ahogado de la risa

Me cae que no es por nada, pero los mexicanos somos bien fregones.

Resulta que un ruso, un hindú y un mexicano se mueren y llegan al infierno. Como era costumbre, el chamuco les sale al paso...

-A ver canijos- dice el demonio-, les voy a poner un reto, si lo pasan, se podrán ir al cielo.

Los tres condenados se muestran interesados.

-Miren -les explica el maligno- les voy a dar tres veces con este látigo, y saca un látigo tamaño caguama. El que resista mis tres golpes lo mando derechito al cielo.

El trío comienza a dudar.

-Miren -dice el cornudo-, para que se animen, les voy a dar chance de que se cubran con lo que quieran.

Los tres aceptan y el ruso agarra una piedra, tipo Pípila.

-Con esta piedra me haces lo que el viento a Juárez (me cae que así dijo, yo estaba ahí) -dice el ruso al Diablo-.

El Demonio, calladito, suelta el primer latigazo y parte la piedra en dos, suelta el segundo mandarriazo y el ruso pone el grito en el cielo y acepta su condena eterna.

Toca el turno al hindú.

-¿Con qué te quieres cubrir? -pregunta el chamuco-.

-Tu látigo me hace los mandados -dice el hindú-, yo con pura meditación voy a manejar el dolor.

-¡Tómala! -suena el primer latigazo y el hindú lo aguanta quitado de la pena-.

-¡Tómala! -cae el segundo latigazo y el hindú comienza a mostrar una expresión de dolor, pero no dice ni pío-.

-¡Tómala! -cae el tercer latigazo y al hindú nomás se le doblan las piernas, pero nada de gritos.

-Órale pues -dice el Diablo-, te me vas al cielo.

-Gracias -dice el hindú sobándose la espalda-, pero déjame ver como acaba el chiste ¿no? porque dicen que los mexicanos siempre ganan.

-Ya estás.

El Diablo se le...

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