Ahogado de la risa

Ahí tienen que un tipo circulaba de noche por una carretera cuando, al agarrar una curva, se le poncha una llanta, pierde el control del automóvil y casi se mata.

Por fortuna, el auto se detuvo a tiempo y el evento no pasó del susto. El tipo se baja del automóvil, mira la llanta ponchada, se dirige a la cajuela, la abre y, justo en ese momento, recuerda que lo había dejado en el bar a cuenta de las últimas copas que se había echado el fin de semana.

Total, el sujeto se para a la orilla de la carretera esperanzado en que algún automovilista le echara la mano. Pero nadie pasaba. El tipo mira su reloj. Eran las 3 de la madrugada.

De pronto, a lo lejos, el sujeto avista una lucecita. Era una casa perdida en la abrupta serranía.

Como no había de otra, el tipo camina hacia la casita...

- Puede que no tengan un coche y que este caminando inútilmente -se dice a sí mismo- ...y si tienen un coche a lo mejor no me quieren prestar el gato... además, con la hora que es, seguro que se van a encabronar conmigo...

Una hora después, cuando el tipo estaba a punto de llegar a la casita, ve que al lado de ésta había un coche antiguo estacionado.

- Vaya, si tienen coche, tienen gato, seguro -dice para sí- ¿y si me piden dinero por prestármelo? No traigo un peso y no se cómo podría pagarles... Con lo mala onda que es la gente por estos lugares... seguro que me mandan a la mierda... o a lo mejor me reciben a tiros pensando que soy un ladrón de gallinas...

El tipo se acerca a la puerta y sigue murmurando...

- Con lo cabrones que han de ser por aquí, seguro me echan al perro, porque estos ojetes siempre tienen perro -dice en voz baja al tocar el timbre- ...y aunque tengan gato seguro que no me lo prestan después de molestarlos a las 4 de la mañana... a lo mejor no hay nadie y estoy haciéndole al imbécil...

De pronto, se abre la puerta y aparece una dulce viejecita.

- ¿Qué desea caballero?- dice la ancianita con su cálida vocecita.

- ¡QUE TE METAS TU PINCHE GATO POR EL CULO!

····

Una...

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