Ahogado de la Risa

Había una vez un granjero que tenía 180 gallinas y buscaba un buen gallo para producir huevos. Un buen día va al pueblo, se mete en la gallería.

- Quisiera un buen gallo que me pise a todas mis gallinas.

- ¿Cuántas gallinas tiene?- pregunta el gallero.

- 180- responde el granjero

El gallero saca un gran ejemplar y se lo da, pero al día siguiente regresa el granjero a reclamar el desempeño del animal. El gallero le da otro y al día siguiente obtiene el mismo resultado.

- Este es el segundo gallo que me vendes y revienta, más vale que me des un gallo bueno... ¿me entiendes?

El gallero saca un gallo flaco, sin plumas, ojeroso y jorobado.

- Es lo único que me queda, se llama Tito y llegó de casualidad en un barco africano.

Y el granjero, enojado, se lo lleva pensando: "¿Qué voy a hacer con este gallo flaco?" Llega, lo suelta y el gallo sale enajenado y se echa a las 180 gallinas, pega una segunda vuelta y se las echa a todas otra vez, sale corriendo, se echa al pastor alemán y entonces el granjero lo caza del cuello y lo mete en la jaula.

Todas las gallinas quedaron estupefactas con Tito. Que Tito esto... que Tito aquello... y a ti qué te hizo... y a mí me hizo tal cosa.... Jolgorio total.

A la mañana siguiente el granjero va a buscar al gallo y encuentra toda la jaula desarmada... sale corriendo hacia el gallinero y encuentra a todas las gallinas tiradas boca arriba, afuera ve al gato adolorido, las dos vacas echadas en el piso hablando de Tito, el perro andando como charro.

El granjero agarra el caballo (también adolorido) y sale en busca de Tito. Cabalga y cabalga sin descanso siguiendo la pista dejada por...

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