Ahogado de la risa

Esta semana la comenzaremos como aquellos poetas que en el aire las componen, y para ello, va este bello pensamiento inscrito en el azulejo de un baño público.

Formó parte de mí

fue un corto tiempo

pasó desapercibida

fui indiferente, fui lento

¿Por qué? me pregunto ahora

si tan importante fue para mi vida

el desprecio asoma en mis pupilas

es cruel e injusta mi perfidia

Quién lo creyera

otrora sustento, hoy basura

el aire, oxidante, aún no la daña

aún es limpia, aún es pura

Nunca la había observado bien

hasta hoy, a través del agua

como salamandra hermosa

me observó también

Su tímida mirada

algo me quería decir suplicante

su inmovilidad fue la pauta

para dejarla de ver, fui cobarde

Ahora, pasado el tiempo,

un nudo ahoga mi garganta

qué poco valoramos nuestros logros...

Inconmovible bajé la palanca.

····

Era un indito que vendía verduras en la Central de Abasto, pero cada mañana que llegaba tenía que pasar por donde estaba el carnicerom, quien al verlo le gritaba:

- ¡Qué bonitas nalgas tienes cabrón!

Y el indito lo único que atinaba a hacer era apresurar el paso. Esto era todos los días hasta que otro carnicero le dijo:

- Cada que te diga qué bonitas nalgas tienes, tu dile "me das miedo, buey"; verás que luego de alburearlo te deja de molestar.

Al día siguiente va el indito a trabajar y al pasar frente a la carnicería escucha el ya típico:

- ¡Qué bonitas nalgas tienes cabrón!

Recordando el consejo...

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